viernes, 13 de noviembre de 2009

IX La internación (críptica de sine cua non)


La garota, a quien a esta altura ya podemos poner nombre...esteeehm, qué se yo, Consuela, Consuela Gomez ¿no te gusta?, nuestra heroína se sintió desfallecer y pidió ser internada unos días en el Instituto Fleni presentando el certificado médico como para que la reemplace en esta ficción una real sustituta dle grna siete: Nicanora Nisilente.


-Hola, papi, soy Nica ¿tu nombre era?


Pierre, desayundándose con la chocolatada por la noticia de que su compañera de correrías acababa de ser reemplazada por semejante adefesio, intentó prima fascie huír.


Nicanora aplicó la frase matadora: -Adios corazón de arroz, esto que me cuelga es para vos.


Pierre se dirigió a mí, uno de los autores de este folletín, aunque debo decir que no estoy escribiendo esta parte, aparte lo que haga cada cual de su próstata una cachucha...-No soporto que tenga esa voz


-Para vos, la mía-replicó sin pensarla Nicanora.


Pierre objetó de manera poco académica el verse privado de su agraciada patenaire sin bebérsela ni haberla comido llegando al recurso femenistoide del llanto: el que no siga llorando-aclaró D10s-no sigue chupando.


Iceberg avanzaba a paso decidido y a una velocidad de doscientos nudos marinos atando cabos.


Pierre pensó en la importancia de las primeras palabras que cambiaría con el accidente geográfico, como para romper el hielo...


Iceberg le ganó de mano, le ganó de villano: -a diez pesos el cubitooooooo


Pierre creyó oir la irrecurable voz de Mario, el vendedor de barquillos, pero tiró por la borda este recuerdo azaroso (el azar solía facorecerlo y Pierre lamentaría en cada resto de sus compras que no se sorteara la cantidad a adquirir)


Iceberg reparó en él y le dijo: -Amigo, ¿no me convida un cigarro?


Pierre retrucó: -El acto perlocutorio de emplear el vocativo para apodarme "amigo" no erige el edificio de una amistad, cuya arquitectura requeriría frecuentaciones que rebasarían sobradamente esta apretada síntesis. Bueno sería que a cada minón que pase yo la llamara "che, novia" y me la pasara ipso facto a valores...


Iceberg dijo las fatídicas palabras que solían ser el corolario a cada intervención brillante de Pierre: -Lo que decís está muy bien en el mundo de las ideas...


Nicanora Nisilente decidió mostrar la hilacha: Pierre se asombró del tamaño, convencido hasta entonces de ser el más penenito del sistema solar.


-Eres más irrisorio que la mía-rió Pierre, sobrador


Iceberg se quedó congelado-

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